Pavesa
*
*
mi
abuelo es generoso
hace
de protector a distancia
me
manda saludos y caramelos de leche
mi
abuelo hace regalos
su
pus interna a las larvas
gritos
a las noches
un
pedazo de ulcera para el desayuno
tiene
pacto con gusanos
no
quiere el cielo de residencia
usa
susurros australes para llamar a zamuros
la
última vez que lo vi
las
hormigas iban gritando encendidas
la
reina fue descuartizada por el repollo
mi
abuelo daba regalos
su cuello a la soga
su cuerpo frío como móvil de
Calder
dando buenos días a mi
abuela
buenos días y se va
*
adentro hay números pares
que
huelen a pus con sangre
un
niño en un rincón
jugando
con plastilinas y gusanos
él
canta
juega
con su tractor
recoge
tierra
en
sus ojos el fuego lo carcome
en
sus ojos el último alba
adentro hay números impares
un
niño que no sabe
nunca
sabe
*
desde
las fauces
de
flores traga sueños
está
la imagen intacta de Luís
concentrado
con
la gasolina encima
como
dando plazo al tiempo
metiendo
todo ese fuego y hormigas en su interior
y
espera
dilatado
el
amarre de su último nudo
*
Acuña
habla como el silencio
suena
como campanas tibetanas
es
la angustia del aire con otro nombre
es
la sed con gusanos de seda secos
es
las hormigas calcinas
buscando
venganza
Acuña
habla como los nudos
secos toscos
con
la fuerza de miles de cuellos reventados
él
ya no habla
su
rostro es una ceniza negra-gris
que
las larvas muevendomingo a domingo
*
en
la oscuridad
el
fuego tienen antenas
camina
en columnas de muerte
en
el sueño
las
llamas consumen sus patas
quedan
apilados cuerpo tras cuerpo
en
el aire
un
humo denso
que
se hunde en el cuerpo de mi abuelo
y
lo mata lentamente
*
lo
vi partir
rumbo
al río
en
busca de más cuevas
era
de tarde
nunca
más fue el mismo
su
niño perdido sigue jugando al tractor y juntando arena: autómata
desde
allá se arma el fuego
la
noche lo ve con café y un rojo-naranja en su estomago
la
danza interna es hermosa
olas
de muerte entre cada epitelio
hacen
de mi abuelo un hombre colgado por hormigas
cerca
de su cuerpo
la
fila sale y hacen colmenas en sus ojos
rojas
hormigas
llenas
de cáncer
*
duda
tiembla de tiempo
tiempo
tiembla de pánico
ellos
pasean por la sangre de Acuña
le
repiten cuerda cuerda
él lleno
de sepsia
hace
nudos matutinos
y
sabe sí
él lo sabe
habrá
trabajo para el sepulturero
*
soy
parte de la sombra
de
los huesos que la trompeta suelta
de
la campana del aire
soy
parte del azar del pájaro
y
un dedo colgado de la ventana
no
soy su cuello
ni
fuego interno: lastima
ni
brisa que mueve sus restos
*
los
números se mueven dentro
hay
cuentas sin resolver
antes
de saltar el tiempo se dilata
hay
un recuerdo de bar cerrado
de
putas abiertas
una
Luisa esperando
y
nietos con sombras en sus pies
antes
de saltar el sol negro
hormigas
que danzan
un
trauma de fondo
y
esa suave brisa diligente
que
bate en las cocuizas
le
recuerda a Luís
su
última senda
*
el
paso lento
y
él carga su urna
desde
la madrugada hasta el grito del encuentro
contar
cada instante
ir
como un desconocido
o
decidido ante lo incandescente
el
dolor agudo que no se aguanta
y
esa respiración entrecortada del titubeo
lo
cruzan antes de la cuerda
antes
del último paso
*
la
tarde vuelve con la urna
una
colmena hace festín con la carne
él yace
allí
entre
la sombra de su apellido
y
las putas que pudo abrir
*
en
los gritos hay recuerdos
cochinos
y caballos en el fondo
tractores
con tierra amontonada
Acuña
era asesino
ejecutaba
matanzas en las colmenas
en
los gritos hay recuerdo
venganza
de llamas y hormigas
*
iba
vestido de sombra y un soga de corbata
había
nudos en mis bolsillos
y
el apellido seguía en un crujir incoherente
no
era mi carne la misma luego de los latigazos
en
el sueño de mi abuelo
era
un fuego que urgía por ser enterrado
iba
vestido de sombra y con camisa de cáncer
*
yo
fui quien mato a Luís
fue
una muerte a solas
en
sereno sin hormigas ni fuego
sólo
le dije
cuerda cuerda
y
bien vestido armo el nudo
un
suspiro y el gran salto hasta el perenne
*
mi
abuela baila vestida de noche
danza
embutida de muerte bajo la luna
en
su baile hay canciones de hormigas rojas
hay
grabado un puñal rosa en los ecos de su corazón muerto
expuesta
a todos sus pesares
baila
perdida junto a la niña ensangrentada de la bodega: su gran fetiche
y
a pesar del lamento
su
danza socava el viaje
sus
ojos llenos de ese gris de turno
me
lanza silencios enormes que me como poco a poco
*
la
luisa se separa
y
cae como cadáver
oculta
su antigua noche
voy
a heredar su rostro
en
el espejo de sus hojas
y
caer como suicida
recordando
el olor de su pelo
*
los
del mutis jadean y ella se hace
la
noche se prende del color de sus dedos mutilados
mudos
aullidos hacen a Luisa
eco
tras eco el mutis susurra y hace a Luisa
*
el
rostros pálido de la niña perdida
llena
sus ojos de cacao
lava
en el río su sombra de azufre
llora
como pájaro suicida cayendo de espejo en espejo
entre
una imagen y otra
la
niña perdida tiene el rostro de cacao y de muñeca infectada
*
hay
martillos de picos
en
los ojos de Mata
alondras
que vuelan con luces
en
su vuelo la imagen de plumas negras es
más grande
se
reitera en el viento en las garras
afiladas
el
suelo la despide
la
urna es negra como las plumas y los picos en sus ojos
*
ellas
son la duración del naranja
vienen
desde el olor a cigarro
hasta
la espesa migraña que chupa y chupa
a
solas bailan: maniquíes
comparto
su miedo de hojas suicidas
muy
joven en la escuela con plastilinas y creyones de cera
*
en
la pared hay una marca de sándalo
un
vomito arcaico
hay
una lucha vieja de hormigas y termitas
está
ella colgando en el árbol
y
la triste forma de mi sombra diciendo
el presente de mi barco de papel
*
desde
la otra madrugada veo Luisa crecer en mis ojos
susurra sollozos silencios de mujer
violada por el tiempo y escucho grises voces donde antes había una figura de
plumas negras y llantos de viernes cobalto
me
asusta la idea de hacer la noche y a ella en mis ojos
*
ellas
se queman a lo bonzo
cada
fuego es una sombra que cubre sus ojos: elipsis
en
la noche se avivan las llamas de la niña perdida
la
danza nocturna con vestidos rosados
se
ha vuelto ceniza
bailan
juntas la canción del fuego y el olvido
*
nacer
el día de la noche
es
parir vestidos rojos
y
repetir la locura de Luisa
no
es el tiempo: otro más
son
las fauces de las flores que se comen voces
ella
lo sabe hay lunas que aplastan espejos
y
ríos que se llevan rizos
y
nacimientos que le repiten su locura
*
huele
a café cada mano
es
como una caricia de esencia
mi
abuela me abraza
la
pus le sale por la nariz
en
su suspiro huele a muerte
la
mezcla es ella
todo
lo hace
tiende
a ser
y
desde el lugar del llanto la canción es
la misma
huele
a café con pus cada mano
es
como una caricia de esencia
*
sueño
con el abismo
los
ojos del vestido cruzan la calle
Luisa
viene desde aquel lado y salta del vómito del perro
yerra
entre contadas palabras
me
abraza y despierto con plastilinas secas y lápices de colores
*
en
las ramas
el
miedo tiene acurrucadas a las pesadillas
no
hay vacilaciones inexactas
las
piezas fundamentales están en los símbolos del yerro
cada
pifia es un tamo más para el almanaque
los
tractores se acumulan
las
muñecas vienen descosidas y transparentes
el
miedo acurruca pesadillas desde la muerte de la primera estrella
ellos
no lo entienden
un
susurro llena sus vasos
hay
té acre
pájaros
sin canto
vuelo
hecho muerte
y
los gusanos no comen frutas
la
cuerda es el invento de versos anteriores
y
no hay pasos de madrugada
la
inexistencia es la soledad más grande
yo
desde la sombra me acurruco igual que las pesadillas
y
el miedo reina
siempre
reina.
la
pesadumbre es el hambre que se alimenta con la noche
lo
sabe la luna y pervierte al silfo
dando
menos motivos para llenar agujeros
yo
no puedo verlos
ellos
han tenido una fracción de fantasmas en la alcoba
ellos
han investigado todo
son
el fuego y hormigas
muñecas
y cacao
son
la Luisa y el Luís
*
en
la arena una muchedumbre de hormiga tiene su actual galería
puliendo
cada tenaza y soñando con los gritos
toda
una colmena roja
llenas
de cáncer
buscan
a Luís
buscan
a Luisa
buscan
la sombra de su lengua
la
pausa de sus ojos
el
pedazo de mar en sus palabras
y
esa historia de pesadumbre que les cuelga del cuello
en
la arena la colmena sueña con los
gritos de mis abuelos y ese transitar que resuena como las formas de cada llama
*
en
la profundidad
hay
cuerpos colgando
trazos
de lunas
y
una oscura locura rasga la piel
allí en lo oscuro
las
flores huelen a pie diabético
ella
y él tienen la esencia de la pus
todo
se junta
y
en la noche
sale
el gas de flores muertas
surge
el espejo roto que salta de mirada en mirada y se hunde en la sangre de los
viejos
*
la
sal carcome el tiempo
y
las negras suturas dan gritos de náusea
todo
se llena de cáncer
mi
abuelo grita: hormiga hormiga
y
sin contemplación
el
fuego le come el estomago
en el sueño el juega con el tractor y ella con sus
muñecas se ven juntos entre las palmas
de las manecillas y ejecutan matanzas internas para calmar al rugir de hojas
secas
desde el inicio se marca la gran estafa y despierta
esas pasiones por no creer que nada tiene que ver con tractores y muñecas
las llagas van
formando sindicatos y representan la mayoría
ellas van respaldadas por hormigas traga fuego que sueñan con venganza
mis abuelos
nunca se conocieron sólo los extraños
se conocen ellos eran la calma del
cuchillo el rocío de la cuerda y esos pasos finales para celebrar la
ganancia del nudo
*
La estrategia
era asesinar a la reina, es fácil pensar en todo el tamo que se arrancará luego
de su muerte y más poderoso es el pensamiento de la locura inexacta por la cual
ella siempre ha batallado, nosotros, sólo seremos peones, el sol mueve las
piezas grandes y el poder, está del lado de la sombra. Mis abuelos tienen un
don para la muerte, van a asesinando hormigas traga fuego cada atardece. Desde
que recuerdo la gasolina es el olor del sufrimiento. Cada colmena cae
devastada. Es sólo un sueño y sin embargo, las condiciones nos dan una
trayectoria más amplia para todas las explosiones. Son niños jugando, tractores
y muñecas. Mis abuelos han matado a la reina.
*
la
generalización hace que el impacto sea más singular
de
allí
la
posterior encarnación del mal bajo nombres de hormigas
nosotros los hemos visto
van
soñando por el filo de la mirada
engendrando
pesadillas para meterlas en capsulas
y
sacarnos de nuestras vidas
somos
sus nietos
los
acostumbramos al resistir
al
crujir de dientes antes de cada llaga
y
por supuesto
dentro
sólo queda el inicio inexacto de ese
pensamiento a muerte que nos ha acurrucado desde siempre
una
lluvia de sogas llega por correo
la
cartas de nudos son las primeras en la fila
allí hay cuellos reventados
la
historia de los viejos
y
esa triste esencia que tienen las hormigas luego que están encendidas
coleto
tras coleto
Luisa
pisa fuerte
hay
una bandada de agua que se cuela por las luces externas
ella
lo sabe y fuma cigarros para olvidar
mi
abuela tendrá cinco hijos
coleto
tras coleto ella todavía no lo sabe
todo
lo pudre la sangre todo lo pudre
se
acumula en la tabla y sucede lo grande
miles
de gotas aprisionadas esperan por los gusanos
Luisa
trabaja siempre
es
comida italiana
en
7 años la van a sacar y ella todavía no
lo sabe
en
el fuego hay una espera potente
son
las circunstancias de años vertidos en cualquier olla
es
Luisa y su cabello negro
son
sus ojos grises
es
la pausa del fuego jugando hacer siluetas
son
varias versiones de la salsa de tomate
es
mi abuela y el agua que hierve para colocar la pasta
es
el día de la carne
las
moscas en cada dedo
esas
gotas de sudor helado que tiemblan por saltar
es
el día de la carne
y
toda la sangre corre por las manos
Luisa
salta de mesón en mesón
ignorando
su gran pesar
ignorando
que pronto será el día de la carne
soñar
con la llaga tejida del filoso machete
es
entender la bruma que envuelve a mi abuela
disfrutar
la pasta boloñesa del restaurante
es
entender el corte
*
bajo la
sombra
el
caminar se hace lento
es el
aire que palpita por la hojilla
son los
espasmos matutinos que siguen al sueño
es la
voz del suicidio
la
misma que recuerda a gatos saltando de espejo en espejo
donde
los soldados tienen tatuados: amor de madre
al
final hay una letra que refleja su rostro
y ella
la ve como que nunca ha visto a los gatos y menos a los espejos
desde
ese lado se confunden los pensamiento y el caminar se hace lento
es una
columna que crece y crece
la
viuda llora desamarrando el cuello reventado
llora
por el poniente y ese agite del tractor de fondo entre los gatosespejos
la
viuda llora por la carta
su cara
se refleja en la última letra
y me
mira con la tarea del triste engaño
esperando
una explicación para esa columna que crece y crece
*
una
nube densa desata la lluvia
el humo
se instala cerca de los mochuelos
y la
peste viene hecha ceniza
en las
horas de tensa calma
las
aves se posan en la puerta sur de la casa
la soga
sigue colgada y hay un vaivén como móvil de Calder
todavía
hay gritos en los jarrones
una
señora gimiendo en el amanecer
y ese
suave agitar de aves que engalana a los mochuelos luego de su gran tarea
*
llora
como los réquiems
en esas
largas liturgias del fuego interno
con
pergaminos de cenizas enrollados con tinta
llora
como los réquiems
justo a
la hora del falso sol
gime y
desanuda todo
es como
una plegaría al defunctis
no hay
aviso posible
ellas
están junto con el cadáver
percatándose
de su trabajo
ellas
no lloran
siguen
en interminables estelas hasta la puesta
*
en la
otra y la contigua duermen las hormigas
sueñan
con la próxima masacre
con ese
fuego que se come a la luna
y poco
a poco despiertan a los nudos
cada
hongo es la comida de la muerte
las
pilastras son el cortejo fúnebre del humo
sus
polvos recorren los pasos y perfilan la cuerda
las he
visto armar la estancia
con
armonía en esas enormes columnas
una
tras de otra ellas son el fuego
son el
puente del amanecer hasta el perenne
algún
día volverán a oler a gasolina
con esa
belleza del todo calcinado
y esa
esencia de espectros numerados por la voz de mi abuelo
*
la urna
se ha vuelto pavesa
cargarla
durante todo el trayecto
es la
fusión del alba con crisantemos
la urna
se ha vuelto pavesa
y los
suspiros vuelven en la noche
como
los pétalos suicidas de los crisantemos
como
las hormigas brillantes del cáncer
como
ese día del 2005 donde todos mueren y yo
yo sigo
en el mismo sitio
con la
urna que se ha vuelto pavesa
y los pétalos
suicidas de los crisantemos
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